Villaviciosa está situada en la costa asturiana, a 20 minutos en coche de Gijón. Mucha gente no conoce este frasco concentrado de las esencias asturianas, tan próximo a grandes focos turísticos como Lastres. Así que nos hemos propuesto descubriros algunos de sus secretos, para que tengáis una pista de una Asturias un poco más “out of the path” (menos descubierta).
Qué encontrarás aquí
- Descubrir la villa marinera de Tazones
- Caminar por el bosque encantado de la Ruta de los Molinos del Río Profundo
- Contemplar iIglesias prerrománicas como San Salvador de Valdediós
- Avistar aves en la reserva natural de la ría de Villaviciosa
- Descender en piragua la ría de Villaviciosa
- Hacer surf en Rodiles, la mejor ola de izquierdas de Europa
- Aprender los secretos de la elaboración de sidra en un llagar
- Conocer la granja y quesería los Caserinos
- Acudir a un concierto de música clásica al aire libre, en el Casa R
- Reponer fuerzas con productos locales en el casco antiguo
La “Villa”, como es conocida entre los lugareños, es la cabecera comarcal y uno de los seis municipios que conforman la comarca de la sidra en Asturias. En este post os descubrimos 10 actividades del municipio que la hacen tan especial. Eso sí, es importante disponer de coche para acercarse a muchas de ellas, ya que el transporte público, o no llega o tiene muy bajas frecuencias.
1. Descubrir la villa marinera de Tazones
Este puerto natural y tradicional pueblo de pescadores forma parte del Concejo de Villaviciosa y no tiene ayuntamiento propio. Se ha hecho muy popular desde que en 2019 entró en la lista de “Los pueblos más bonitos de España” y ha ido poblándose de negocios de hostelería al abrigo de este título.
Sus casitas blancas de ventanas de colores han contemplado la llegada del rey Carlos I de España y V de Alemania, cuando desembarcó por primera vez en España en 1517. Además, la margen derecha de la playa, con marea baja permite ver huellas de dinosaurios.
Por último, si queréis disfrutar de vistas del pueblo desde lo alto, podéis subir al faro andando por un empinado sendero, en unos 10-15 minutos. No es necesario llegar hasta el mismo faro, puesto que la vegetación no permite ver el horizonte desde ese punto.
2. Caminar por el bosque encantado de la ruta de los Molinos del río Profundo
Esta espectacular ruta de senderismo es prácticamente llana, aunque larga para no iniciados, si decidís hacerla de ida y vuelta hasta el último molino (unos 15 km ida y vuelta). Existe una variante circular yendo junto al río y subiendo después a la parroquia de Buslaz para volver por la carretera en descenso.
Si no tenéis una gran forma física, recomendamos que hagáis únicamente el tramo que comienza en “Arándanos el Cierrón” y terminarla en cualquiera de los 19 molinos. A nuestro parecer, el más espectacular es el último, el Molin de la Peña. Pero si no tenéis la posibilidad física de llegar, cualquier otro tramo os descubrirá personajes mitológicos, construcciones devoradas por la vegetación y un paisaje único de tupido bosque que discurre todo el tiempo junto al río.
3. Contemplar iglesias prerrománicas como San Salvador de Valdediós
Asturias cuenta con un estilo arquitectónico propio, el Prerrománico Asturiano, que ha perdurado en el tiempo desde los siglos VIII al X. Una de las joyas de este estilo, patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, puede contemplarse en el municipio de Villaviciosa. A 15 minutos en coche del casco urbano, se encuentra el conocido como “El conventín”, la iglesia de San Salvador de Valdediós y uno de los iconos de este estilo.
También se visita el monasterio de Santa María de Valdediós, albergue de peregrinos del Camino de Santiago del Norte. La visita es guiada y se pueden reservar las entradas aquí.
Aunque el municipio nos regala muchas más perlas prerrománicas y románicas como la iglesia de Santa María de la Oliva,situada en el casco urbano, o la preciosísima iglesia de San Andrés de Valdebárcena. Y así hasta 24 templos más. En verano, la Fundación Jose Cardin organiza excursiones en autobús para visitar las más reseñables.
4. Avistar aves en la reserva natural de la ría de Villaviciosa
Los amantes de la naturaleza y del birdwatching están de enhorabuena. El estuario del río Linares es una ría de unos 8 km de longitud, declarada Reserva Natural Parcial. Cuenta con ocho puntos de observación de patos, garzas y aves limícolas. El mejor momento del año para su observación es en diciembre y enero donde numerosas aves migratorias hacen parada en esta zona.
Para esta visita, sólo necesitaréis prismáticos y resulta conveniente ir en primer lugar al del Centro de Interpretación de la Ría de Villaviciosa, dónde además de contar con telescopio que podréis utilizar, os informarán de los lugares y especies de los últimos avistamientos.
5. Descender en piragua la ría de Villaviciosa
Si quieres sentirte como ellos, disfrutar de un paisaje único y observar aves al mismo tiempo, alquila un kayak por horas o realiza el ascenso o descenso de la ría, según mareas, en aproximadamente 2 h. El punto de partida de esta actividad es el puerto El Puntal, gestionado por la empresa Trampalones.
6. Hacer surf en Rodiles, la mejor ola de izquierdas de Europa
La ría desemboca en el lado izquierdo de la inmensa playa de Rodiles, lo que hace que se forme una ola muy especial en esa zona. Este es el motivo de que esta playa sea punto de encuentro de los surfistas, tanto locales, como internacionales. Podéis probar vuestras dotes en Specialsurf School & Camp Rodiles. Aunque no seáis tan aventureros, no dejéis de disfrutar del espectáculo del mar en esta inmensa playa.
7. Aprender los secretos de la elaboración de sidra en un llagar
Villaviciosa es una de las áreas con mayor número de llagares de sidra natural de Asturias, grandes y pequeños. Es uno de los municipios de la comarca de la sidra y por eso hay cuatro experiencias que no podéis perderos.
Si vais el primer fin de semana de septiembre, acudid al Festival de la Sidra, degustando gratuitamente sidra en cada uno de los 11 puestos, que ponen en el centro del pueblo, los llagares participantes.
En segundo lugar, apuntaos a una espicha a finales de la primavera. Este es el momento en que se prueba la sidra nueva directamente de los toneles, acompañándola de un pincheo que se hace de pie, dentro del mismo lagar. No obstante, en Asturias, este evento se hace para celebraciones de amigos, bodas, trabajo, en cualquier otro momento del año.
Si no tenéis la suerte de poder disfrutar momentos tan especiales como los anteriores, visitad a un llagar, donde os contarán los secretos de la fabricación de este elixir de “la tierrina”. Nosotros hicimos la visita de Sidra Cortina, en Amandi. Además, pruebas distintos productos y te llevas un vaso de sidra. También te dan de un vale para tomar una botella en el cercano restaurante Casa Cortina, que recomendamos tanto para menú del día como a la carta.
Por último, otra visita que se puede realizar es la de Bodegas el Gaitero. La fábrica de Balle, Vallina y Fernández produce sidra champanada (la que se toma en Navidad), entre otros productos. Te enseñan el edificio de 1890 y las Bodegas Históricas de una de las industrias más emblemáticas de Villaviciosa. También es necesario reservar.
8. Conocer la granja y quesería los Caserinos
Descubrí la quesería los Caserinos a través de su arroz con leche y su queso ahumado, encontrados en ciertos supermercados, mientras vivía en Asturias. Lo que no sabía hasta hace un par de veranos, es que organizaban visitas guiadas a su quesería, para aprender los secretos de su elaboración y conocer algunos de los animales de su granja.
Es una visita gratuita que hace las delicias de los más pequeños por los animales, y de los mayores por la degustación de quesos y arroz con leche que te ofrecen al final. ¡Hasta los hermanos Roca han utilizado sus quesos en algunas de sus elaboraciones del 3 estrellas Michelin Celler de Can Roca! Eso sí, se han hecho tan populares que es necesario reservar con antelación.
9. Acudir a un concierto de música clásica al aire libre, en la Casa Rosa de Misiego
Si hay un enclave único en Villaviciosa, desde el punto de vista paisajístico, es, sin duda, el final de la ría, durante la puesta de Sol, con las montañas al fondo. Este área se denomina Misiego y en su orilla se sitúa la Villa del mismo nombre. Es una Casona de Indianos, construida a finales del siglo XIX por emigrantes retornados de América, que habían logrado prosperar. Fue finalizada en 1895 y concebida como casa de baños.
Cada verano, el Festival de la ría “Enrique Correa” nos invita a llevar nuestra silla y disfrutar de la música clásica en un entorno mágico. Cita para no perderse. No obstante, este bello rincón se merece un bonito paseo desde la playa de Rodiles, en cualquier época del año.
10. Reponer fuerzas con productos locales en el casco histórico
Ya sabéis que uno de los puntos fuertes de Asturias es la gastronomía. Así que es obligado hacer una parada para reponer fuerzas en el casco antiguo de Villaviciosa. Ni que decir tiene, que se puede comer o cenar fenomenal en sus numerosas sidrerías, pero aquí vamos a comentar algunos sitios singulares para comprar algo de avituallamiento.
En primer lugar, viajad en el tiempo entrando en la panadería La Portalina, C. del Agua, 13, 33300 Villaviciosa, Asturias. Las recetas de pan se mantienen tanto como la estética, de la manera tradicional. Las hogazas y panchones merecen mucho la pena. Se utilizan en muchas fiestas de las parroquias de la zona para confeccionar “el ramo” (especie de paso con panes y flores que se saca en procesión y que luego se subasta).
Si queréis completar el bocadillo y comprar unas frutas, os podéis acercar al Mercado de Abastos. Y aunque muchos de los puestos se han reconvertido para el turismo, vendiendo productos típicos asturianos (fabadas envasadas al vacío, etc…), en ciertos horarios aún encontraréis algunas “señorinas” que bajan de las aldeas para vender su producción.
Para el postre, dirigíos a la confitería Colón (plaza del Ayuntamiento, 20, 33300 Villaviciosa) y degustad las casadielles (especie de empanadillas fritas rellenas de nuez), pasteles de manzana o los suspiros (pastas secas).
Y si todavía queréis probar más productos y además hacer que disfruten los más peques, durante el verano podéis acercaros a recoger frutos del bosque con vuestras propias manos a la finca El Malain, situada en la parroquia de San Justo. Muchas más variedades de estos frutos son vendidas también en “Arándanos el Cierrón”, situada en la parroquia de Fuentes (en plena ruta de los molinos del Río Profundo), que también vende las plantas.
Con este plan tan completo, esperamos haberos descubierto un poquito las esencias de Asturias, concentradas en este pequeño frasco llamado Villaviciosa. En cualquier caso, hemos intentando incidir en la economía local y tener un contacto más estrecho con sus habitantes y negocios. ¡Brindamos con un culín de sidra porque lo disfrutéis!
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